Desde Iris reconocen que el material «necesita más investigación y desarrollo» para poder cumplir con los «muy altos» requisitos empleados en los procesos de la industria de embalajes de cartón y su escalado.
El cartón y el papel recubiertos son los materiales más utilizados para envases de alimentos y bebidas en el mundo. Actualmente, se fabrican cada año unas siete millones de toneladas de envases que acaban en los vertederos después de su uso. Pero al contrario de lo que sucede con el papel y el cartón, que se degradan rápidamente, los recubrimientos de polietileno tardan décadas en hacerlo.
Impulsado por la demanda del consumo de productos ecológicos y debido a la volatilidad del precio de los combustibles fósiles, el mercado de los bioplásticos está creciendo entre el 20 y 30%.
«Para los productores de envases y la industria agroalimentaria, una alternativa sostenible al empaquetado basado en petroquímica debería redundar en una mayor competitividad además de reducir los residuos y proteger el medio ambiente en beneficio de todos», concluyen en Iris.