Actualmente culpamos al plástico de todos los vertidos de basuras y de plásticos en nuestro medio ambiente y sobre todo de la contaminación en los océanos y la muerte de las especies. Sin embargo, seguro que no te has parado a pensar en que este material no es el culpable, todo se debe a una gestión inadecuada de los vertidos por parte de nuestra sociedad y al comportamiento irresponsable del ser humano.
Es cierto que una bolsa de plástico tarda una barbaridad de años en descomponerse, y es por tanto, altamente contaminante si se arroja a nuestro medio. Sin embargo, nos hacen creer erróneamente que una bolsa de tela o de papel es el sustitutivo perfecto porque son biodegradables mientras que estos materiales no se biodegradan y también son altamente contaminantes. La cuestión es, que no se trata de sustituir las bolsas de plástico por otras bolsas, sino de que se utilice la bolsa que se utilice, hay que reutilizarla y en el caso de las bolsas plásticas, reciclarlas.
La solución para evitar la contaminación por los envases y bolsas plásticas la tenemos justo delante de nuestros ojos: reciclar en el contenedor amarillo nuestros plásticos. De tal forma que, una vez terminada la utilidad de una bolsa o envase de plástico, le volvemos a dar una nueva vida y lo volvemos a incorporar al ciclo, en lugar de tirarlos al mar. Es el proceso de la economía circular, con lo que creamos la sostenibilidad.
No podemos tampoco olvidarnos de lo importante que es el plástico en nuestra vida, pues si miras a tu alrededor te darás cuenta de que la gran mayoría de las cosas que nos rodean están hechas de este material. Sin ir más lejos, nuestros smartphones, los juguetes de los más peques o los materiales médicos.
Aunque hay diversas teorías sobre este tema, lo que está claro es que entre todos podemos crear un mundo sostenible ¡Pero recuerda!
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